"Caminando hacia la República". Manifiesto 14 de Abril 2010
Lunes, 12 de Abr de 2010En 2010 se cumplen 79 años de la  proclamación de la II República por un pueblo que irrumpió en la  historia reclamando y ejerciendo su soberanía. El movimiento  republicano, tiene hoy la doble responsabilidad de ser portavoz de la  memoria histórica y cauce de las amplias aspiraciones democráticas, así  como la responsabilidad del cambio social anhelado por sectores  populares cada vez más amplios, muy especialmente de los jóvenes. IU es  muy sensible a esta aspiración. Los republicanos y las republicanas de  toda condición herederos y herederas del legado social, cultural y  emancipador brutalmente truncado por el golpe fascista de 1936, llamamos  a la ciudadanía a avanzar en la legítima aspiración de la III  República. La monarquía es la negación de la igualdad ante la ley al  considerarla inviolable e irresponsable, y con privilegios y derechos  por razones de nacimiento. No habrá democracia plena, si aún existen  ámbitos del Estado al margen de la elección popular.
La casa Real española recibe anualmente de los presupuestos generales  del estado cerca de 9 millones de euros, que gestiona con total falta de  transparencia actuando como un verdadero paraíso fiscal. Tratándose de  dinero público ninguna institución debería gestionarlo sin transparencia  y sin control.
La bandera republicana, como símbolo de rebeldía y resistencia, expresa  el rechazo a un orden social en el que la desvergüenza, la impunidad y  la corrupción parecen avanzar sin freno. En este contexto, que algunos  pretenden convertir en un lodazal, los espacios de libertad se  restringen, y el contenido de los derechos laborales y sociales no se  cumplen ni respetan; ese es el precario futuro que se ofrece al conjunto  de las trabajadoras y trabajadores. En medio de una crisis devastadora,  la mayor deslegitimación del sistema proviene de la percepción del  deterioro de las condiciones de vida y de trabajo, consecuencia  implacable de las políticas especulativas y neoliberales.
Los beneficios insultantes de la banca y demás agentes responsables de  la crisis, contrastan con las sangrantes cifras de parados que no cesan  de aumentar. Crece el miedo, la preocupación lógica de las familias,  crece el número de situaciones de ajuste empresarial descaradamente  oportunistas y, en definitiva, crecen la precariedad y la temporalidad.  También conocemos, los casos de desahucio de familias que son  desposeídas de sus viviendas por no poder hacer frente a créditos  hipotecarios otorgados en fraude de ley, y que suponen verdaderos  atropellos a la ciudadanía. Para el republicanismo, los valores de  justicia, libertad, igualdad y solidaridad son incompatibles con una  política económica, tan cicatera con los trabajadores como consentidora  con los poderosos, que el actual Gobierno lleva a efecto. El capitalismo  es la negación de la democracia.
Defendemos la laicidad del Estado, de forma que las creencias religiosas  queden en el seno de la conciencia personal de las gentes. Igualmente  afirmamos que la educación pública debe ser laica, sin asignaturas de  religión, ni privilegios para ninguna confesión religiosa. No se puede  seguir argumentando que los Acuerdos con la Santa Sede, de 1976 y 1979,  son un muro insalvable para avanzar hacia una sociedad y una escuela  laica. Exigimos su denuncia y derogación.La condena de la Dictadura de  Franco, que en su momento aprobó el Consejo de Europa y que aún no ha  realizado el rey Juan Carlos, sólo tendrá credibilidad si se declara la  nulidad plena de todos los juicios militares sumarísimos por los que  fueron asesinados, torturados y encarcelados cientos de miles de  personas. La restitución de su memoria exigiría romper el pacto de  silencio que desde la Transición opera como una gigantesca "Ley de Punto  Final". Pero, lejos de dar ese paso, la judicatura –a la que no  sabíamos que se estaba refiriendo Franco cuando sancionó aquello de que  “todo queda atado y bien atado”- sentará en el banquillo de los acusados  al juez Garzón, es el mundo al revés. La administración de Justicia en  España no se ha adecuado a los valores democráticos y a la defensa de  los derechos humanos, la parcela de la justicia no sufrió modificación  de fondo en la transición. Para IU, la clave de bóveda de la  persistencia de toda la estructura de dominación económica, jurídica,  social y militar heredera del franquismo, es la monarquía.
¡Y cómo pasar por alto, cuando de salud democrática estamos hablando, a  esa malformación que supone el vigente sistema electoral español!. La  Ley electoral no garantiza la igualdad de voto, primando al bipartidismo  y castigando e ignorando el valor del voto a formaciones como IU,  necesita cuatro veces más votos para obtener representación  parlamentaria. Que la Ley sea injusta, en un contexto de descrédito  generalizado de la política; de la evidencia de la existencia de casos  espectaculares de corrupción; de la evidencia de un uso fraudulento de  la representación a partir de la minusvaloración del programa electoral;  de la pérdida de sentido en la confrontación política cuando se  constata que los dos partidos mayoritarios comparten aspectos  sustanciales de la política económica, por ejemplo, que la ley sea  injusta, decimos, es un baldón para nuestro sistema democrático y su  reforma, entonces, aparece como una urgencia democrática.
Mientras la Constitución de 1931 establecía la renuncia a la guerra para  intervenir en conflictos internacionales, se nos mantiene en la OTAN y,  casi veinticinco años después del Referéndum, estamos en la cúspide de  su estructura militar, ocupando países como Afganistán. Estamos dando  soporte a todo tipo de agresiones imperialistas a otros pueblos, al  atropello de los derechos humanos, a las constantes matanza de civiles.  Se nos arroja a la cara el nombre de ¡Cuba!, mientras se nos silencia  que la ONU ha establecido que el triángulo de Centroamérica (El  Salvador, Guatemala y Honduras) es la zona más violenta del planeta; se  nos grita ¡Cuba!, mientras esas mismas voces convierten en invisibles a  los 7.500 presos políticos en Colombia: sindicalistas, activistas de los  derechos humanos, maestros, campesinos, ecologistas…; ¡Cuba!, insisten,  mientras la comunidad internacional permanece impasible el feminicidio  ya generalizado en todo México. Es el doble rasero de los más media y  los poderes fácticos.
Llamamos a la ciudadanía a extender la movilización por la III  República, vinculándola con las luchas concretas de las trabajadoras y  trabajadores, de los movimientos sociales, de los jóvenes, del  movimiento vecinal y, en general, con la fuerza de la memoria de uno de  los más destacados ejemplos de rebeldía, de resistencia y de  internacionalismo: el de las generaciones que en la Guerra Civil y la  lucha contra la Dictadura dieron su vida y su juventud por la libertad,  contra el fascismo.
Por la recuperación de la memoria y la historia
Por la solidaridad con la labor  representada por dignas  personas como el juez Garzón 
Por un proceso constituyente hacia  la III República



 
       

 
